Valdecarros
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· Fiestas
España
Provincia:
Salamanca Comunidad Autonoma: Castilla y León
Valdecarros: población
Coordenadas: 40°46'00"N,
5°25'00"W Altitud: 887 m Google Map (40.767,-5.417) Wikipedia
Alba de Tormes (población) |
Aldeaseca de Alba (población) |
Amatos de Alba (población) |
Amatos (población) |
Anaya de Alba (población) |
Arroyo de Larrodrigo (arroyo) |
Arroyo de Velillas (arroyo) |
Carpio-Bernardo (población) |
Carpio-Medianero (población) |
Caserío Valverde de Gonzaliáñez (población) |
Diego Álvaro (población) |
Gajates (población) |
Garcihernández (población) |
Herrezuelo (población) |
La Lurda (población) |
Larrodrigo (población) |
Navales (población) |
Pedraza de Alba (población) |
Pedrosillo de Alba (población) |
Portillo (población) |
Río Gudín (arroyo) |
Tordillos (población) |
Turra de Alba (población) |
Valverde de Gonzaliáñez (población) |
El
pueblo está construido en una ligera pendiente siendo la parte norte la más
elevada. Está por tanto en la solana de la ladera de una pequeña ondulación del
terreno que forma parte de un minúsculo valle. Esta orientación mitiga un poco
los rigores del invierno al proporcionarle una insolación más perpendicular. No
deja, sin embargo, de alcanzar muy bajas temperaturas y sufrir heladas
frecuentes durante el invierno, dada su elevada altitud.
El
clima es típicamente continental; de inviernos muy fríos y veranos calurosos.
Las épocas de lluvias son, por lo general, los meses de abril y mayo así como
octubre y noviembre. Un arroyo cruza el pueblo por su parte más baja, de este a
oeste. Suele secarse antes de entrar el verano. Varios torrentes de escorrentía
vierten en el arroyo cuando caen aguaceros fuertes.
Parte
meteorológico actualizado para la provincia de Salamanca.
Además
de la hostelería y el comercio, en el
sector servicios es de destacar la residencia
de la tercera edad.
En
servicios relacionados con la agricultura y ganadería mencionaremos el centro
de inseminación artificial INSEGA.
·
Farmacias
de guardia en la zona
·
Buscador de empresas de
Castilla y León
Valdecarros cuenta con un término municipal de 27 km2,
es decir 2 700 hectáreas o sea 6 075 huebras. No todas de labor, evidentemente,
aunque la gran mayoría. La población se sitúa en 426 habitantes, lo que arroja
una densidad de unos 15’8 habitantes/km2.
Los
recursos principales del pueblo son la agricultura y la ganadería. También están presentes la industria,
el comercio y la hostelería y otros servicios.
La agricultura se limita al
secano, salvo pequeños huertos familiares que no van más allá del
autoabastecimiento. Se cultivan cereales, trigo y cebada en su mayor parte,
también avena y centeno. Se siembran esporádicamente otros cultivos
alternativos como el girasol.
La ganadería
comprende las siguientes especies por orden de importancia:
·
Porcino.
·
Ovino.
·
Vacuno
(Carne y leche).
·
Avicultura
(Carne y huevos)
·
Cunicultura.
·
Caprino
(Casi inexistente).
Entre las
actividades industriales cabe destacar:
·
Matadero
y Fábrica de embutidos Enrique García. c/Concordia, 40. Tel. 923 38 30 04. Fax.
923 38 30 04.
·
Cárnicas
Izquierdo. c/San Vicente s/n. Tel. 923 38 33 37.
·
Alimentación
Aguado. c/Concordia, 28. Tel. 923 38 30 47.
A continuación
se mencionan los establecimientos hosteleros ubicados en el pueblo:
·
Bar La
Fuente. c/Concordia, 22. Tel. 923 38 30 68. Se sirven comidas. Se permite
fumar.
·
Bar
Roque. c/Padre Gómez, 7. Tel 923 38 33 30. Se permite fumar.
·
Mesón
Vivillo. Plaza de España, 11. Tel. 923
38 30 23. Se permite fumar.
·
Pub y
Discoteca Robel. c/La Fragua, 3. Tel. 923 38 30 68. Se permite fumar.
En
verano se celebran las fiestas en honor a San Roque el 16 y 17
de agosto. En realidad las fiestas empiezan ya el día 14, víspera de la
festividad de Nuestra Señora, continúan el día 15 con dicha festividad y
enlazan con San Roque y San Roque “el chico”, días 16 y 17 respectivamente. El
día 18 de agosto se viene celebrando en los últimos años el día de la tercera
edad y con este motivo se organizan diversas actividades para este colectivo.
Las fiestas de San Roque acostumbraban, antiguamente, a ser menos celebradas y
concurridas que las de San Vicente, celebradas en enero,
dado que el verano era época de siega y el pueblo se mantenía muy ocupado con
dichas tareas y no disponía de mucho tiempo para celebraciones. Actualmente,
por el contrario, con la mecanización del campo, que ha reducido enormemente
los trabajos relativos a todas estas ocupaciones, el verano se ha convertido en
época de ocio y además de reunión en el pueblo de muchos emigrantes que residen
fuera, principalmente en el País Vasco, durante el resto del año. Durante esta
estación, la población del pueblo se duplica y, por ello las fiestas de San
Roque son grandemente celebradas. Se organizan verbenas en la plaza del pueblo,
campeonatos de fútbol, de juegos de mesa, de frontón, etc. Juegos infantiles,
y, en ocasiones, novilladas u otros festejos taurinos.
En invierno se celebran las fiestas en honor a San Vicente Mártir
los días 22 y 23 de enero. Los llamados “mayordomos” son los habitantes de una
vecindad que cambia de forma rotatoria cada año. Los mayordomos se reúnen y
celebran una comida y contratan también la música para la misa y la procesión y
un pequeño baile que se celebra durante la noche.
Los
días 27 y 28 de Diciembre se celebra la Fiesta de los Quintos. Los Quintos eran
los mozos que se sorteaban para el servicio militar cuando éste era
obligatorio, sin embargo la supresión del servicio militar no ha traído la
desaparición de esta tradición que siguen celebrando los mozos que cumplen 18
años durante el año en curso.
El
día 26 por la tarde, los quintos recorren las casas del pueblo con cánticos pidiendo el aguinaldo. El día 27 los quintos asisten
a una misa en su honor y después recorren de nuevo el pueblo para recaudar más
dinero. Desayunan, comen y cenan juntos en algún bar y, por la noche organizan
un baile al que está invitado todo el pueblo. El día 28 a mediodía representan
en la plaza del pueblo la tradicional Horca, (buscar Horca en el Diccionario de términos de Valdecarros). Por la
noche se celebra de nuevo un baile.
En 2003, un grupo de jóvenes del pueblo decidió crear una nueva
fiesta que se celebró el último fin de semana de noviembre. Se llamó fiesta del
brasero pues pretendía honrar a dicho instrumento que tan buen servicio hizo
durante siglos a los habitantes de Valdecarros confortándoles de los rigores
invernales de la meseta, de ahí que se situara dicha celebración en esos días
en que ya el invierno empieza a mostrar su cara.
Se
organizó una comida y un baile al que estaba invitado todo aquel que quisiese
sumarse y se sacó un brasero en procesión por las calles del pueblo. En la
velada, durante el baile se entregaron los premios: badila y lambrera de oro a
aquellos que más habían destacado en la celebración.
Dicha
fiesta se volvió a repetir en 2004, haciéndose esta vez eco los medios de
información provinciales.
El último milagro de San Roque.
Valdecarros
fue creado por Dios antes que el mundo, y los valdecarreños fueron también
creados antes que los seres humanos.
Durante
muchos millones de años, antes de que Adán y Eva fuesen puestos sobre la
Tierra, en el mundo sólo había valdecarreños y en toda la tierra solo había un
municipio: Valdecarros. En realidad toda la tierra se llamaba Valdecarros y
todos sus pobladores hablaban en Valdecarreño.
Esta
historia ha permanecido oculta a todos, pero finalmente ha sido revelada al
traducir unos manuscritos encontrados por los eminentes arqueólogos Chispas y
Deme Gorra en unas excavaciones realizadas con objeto de construir una plaza de
toros en la zona del pueblo conocida desde tiempos inmemoriales como El Arenal.
La
presente página web tiene por objeto difundir dichas revelaciones y compartir
todas las enseñanzas extraídas de la traducción de dichos manuscritos, así
como, al mismo tiempo, hacer un compendio del pensamiento y el arte
valdecarreño, y de su influencia, hasta ahora ignorada, en la historia, la
literatura, el arte y el pensamiento en general, de las distintas
civilizaciones que ha dado la raza humana, aparecida, como decimos, después de
los valdecarreños.
Los manuscritos hallados por estos
insignes investigadores, conocidos como Manuscritos del Arenal, dado el lugar
del hallazgo, han sido objeto de un minucioso estudio y han supuesto un gran
reto a filólogos de todo el mundo encargados de su traducción. Finalmente se
muestran en esta página en su forma íntegra, traducidos a los más importantes
idiomas modernos, con el fin de que este conocimiento sea divulgado.
Libro primero: De cómo
Dios creó Valdecarros y a los Valdecarreños.
Dios creó Valdecarros en cinco días.
El
primer día creó Dios el bar y llamó
a ese primer día “el día de la víspera”. Estuvo pensando si debía crear una
verbena para el día de la víspera, pero decidió no crearla porque no tenía
muchas ganas de música aquel día. Después, en la noche del primer día, se aburrió
Dios un poco y creó la cerveza, y el vino, y el aguardiente, y el orujo de
miel, bebió, se alegró, y vio Dios que lo que había hecho era bueno, y se fue a
la cama.
El
segundo día se levantó Dios tarde,
porque, como aún no había creado el ganado y las tierras, no había que
madrugar. Tenía Dios mal el estómago porque había bebido mucho la noche
anterior, sin comer nada, y vio Dios que no era bueno beber sin comer algo
primero y creó Dios los pinchos. Por la tarde, creó Dios el café y la baraja,
pero se dio cuenta de que no tenía con quien echar la partida, así que creó a
los valdecarreños.
El primer valdecarreño se llamó Roque.
Pero Roque se sentía solo y le pidió a Dios que le crease una compañera.
Entonces Dios Pidió a Roque que se durmiera, y cuando estaba roque, le cortó el
pene y creó con él a su señora. Y pensó Roque que ahora tenía señora, pero no
tenía pene, así que buena cosa había adelantado, pero pensó Roque: bueno, que sea lo que Dios quiera, y se fue
con Dios al bar a jugar la partida. Y Roque le ganó el café a Dios y Dios le
dijo que en su honor iba a llamar aquel segundo día “el Día de Roque”. Pero la
señora de Roque lo oyó todo y dijo que faltaría más, que encima que había
estado toda la tarde sola, y ellos en el bar jugando, ahora iban a llamar aquel
día en honor a su marido en vez de a ella. Y Dios y Roque tuvieron que ceder y
llamaron al día: “el día de Nuestra Señora”. Y vio Dios que lo que había hecho
era bueno, aunque podía haber sido mejor, pero qué se le iba a hacer. Y estuvo
en el bar con Roque hasta muy tarde. Y tampoco ese día creó Dios verbena;
porque bastante verbena había tenido ya con la mujer de Roque. Y luego se
fueron a la cama, y Dios iba a la cama tranquilo porque no tenía mujer, ni
ganas de crearla, pero Roque iba temblando de lo que le diría su mujer por
llegar tan tarde y pensaba: por qué le pediría yo a Dios que me creara una
mujer. Si no me la hubiese creado, ahora estaría yo como Dios.
El
tercer día, Dios y Roque se levantaron
más tarde todavía que el día anterior y la mujer de Roque no dejaba de
regañarle porque era casi la hora de comer y no se había levantado. Y ese día,
mientras la partida, habló Roque con Dios y le dijo: tienes que crear algo para que vaya mi mujer por las mañanas y me deje
dormir tranquilo. Y creó Dios la iglesia y el cura. Y así, por las mañanas, la
mujer se iba un rato a la iglesia a escuchar al cura y le dejaba a Roque dormir
tranquilo. Y al ver Dios todo lo que Roque padecía a cuenta de su mujer, decidió,
por fin, dedicarle ese tercer día en su honor. Pero como le había visto padecer
tanto, le declaró santo y así llamó a ese tercer día “día de San Roque” y
determinó que todos los años se celebraría en ese día una procesión en que se
sacaría a hombros una imagen de Roque por las calles del pueblo y se bailarían
jotas a su alrededor. Y como todavía no había ninguna imagen de Roque; ese año,
cogió Dios al propio Roque y Él mismo lo paseó por las calles del pueblo, pero
nadie bailó.
Por la noche empezó la mujer de Roque a
protestar porque él y Dios estaban todas las noches de jota y ella no salía
nunca de casa. Y le dijo a Dios que, o creaba una verbena, o con ella no
contara para nada. Así que tuvo Dios que agachar la cabeza y crear una verbena
para el día de San Roque para que fueran Roque y su mujer y bailaran
pasodobles. Y con la verbena creó Dios a los músicos, los remolques para poner
el escenario y una fuente. Y vio Dios que lo que había hecho era bueno. Y
aguantaron ese día más que ningún otro y la mujer de Roque se fue a la cama
cuando acabó la verbena pero Roque se quedó con Dios y aguantaron un rato más.
Y cuando ya se iban a la cama dijo Roque: Dios,
tengo un come come por dentro, porque ya verás como se va a poner mi mujer
cuando me vea llegar a casa a estas horas. Y entonces Dios creó una peña y
los dos se quedaron a dormir allí.
El
cuarto día se levantó la mujer de
Roque y se enfadó mucho porque Roque no había venido a casa en toda la noche. Y
le buscó por el pueblo, y le encontró en la peña, y le dijo que era un
sinvergüenza y que andaba dejado de la mano de Dios, y que así iba por muy mal
camino. Y dijo que a partir de ese día iba a ir con ella a misa todos los días.
Y miró a Dios y le dijo que Él también debería dar ejemplo e ir a misa todos
los días. Pero Dios dijo que Él no iba a ir a misa, que ellos hiciesen lo que
quisiesen pero que Él no iba, y que no le tocase mucho los cojones porque
quitaba la iglesia y la convertía en pajar. Y Roque respondió diciendo: pero mujer como quieres que vaya yo a misa,
si no va ni Dios. Y su mujer dijo que le traía al fresco lo que hiciera
Dios, pero que él iba a ir a misa delante de ella todos los días.
Pero esa tarde Dios recapacitó y le dijo
a Roque: Mira Roque, creé unos pinchos el
segundo día y están muertos de risa ahí en el bar, que se van a poner malos
porque nos levantamos todos los días a las tantas y no los comemos. Yo creo que
lo mejor es que mañana vayamos todos a misa y, al salir, bajamos al bar y nos
los comemos con unos vinos y unos cortos. Y que se vengan también tu mujer y el
cura, si quieren venir, a ver si hacemos las paces y nos llevamos todos bien,
porque sino, veo yo, que este pueblo lleva muy mal camino. Y además voy a crear
a tu mujer un muchacho chico para que esté más entretenida y no esté todo el
rato pendiente de ti. Y creó Dios un muchacho chico que también se llamó
Roque y que con el tiempo también llegó a ser santo, cuando se casó, y llamaron
a ese día “día de San Roque el chico”. Y creó Dios juegos infantiles en la
plaza del pueblo, un castillo hinchable, un tren que daba vueltas al pueblo y
otras cosas para que la mujer de Roque y el muchacho chico se entretuvieran. Y
vio Dios que lo que había hecho era muy bueno y ese día se fueron a la cama un
poco antes todos para levantarse al día siguiente a los pinchos, y para tener
contenta a la mujer de Roque, y también porque estaban ya Dios y Roque algo
jodíos de acostarse todos los días a las tantas.
El
quinto día se levantaron todos a
buena hora y fueron a misa, y luego a los vinos. Y durante los vinos, se quejó
el cura de que había ido muy poca gente a misa. Y Dios dijo:
-Me
cagüen mi madre, pues los que somos. Si no habemos más, quién quiere usted que
vaya.
Y el cura replicó:
-Pues
podías crear a alguien más, que un día nos va a pasar algo a alguno, o va a
haber un fuego, o algo, y no tenemos gente para que nos ayude.
Y
dijo Dios, que ya se estaba cabreando un poco:
-Pero
qué fuego ni fuega va a haber si no he creado ni tierras ni nada.
Pero el cura continuó diciendo:
-Bueno,
pero Dios sabe lo que nos puede pasar, siempre será mejor que seamos más gente,
digo yo.
Y Dios replicó:
-Lo
que sé yo bien es lo que le pasa a usted: que, como somos cuatro gatos, no ha
sacado del cesto ni para los vinos y lo que quiere es que haya más gente para
sacar más perras.
Pero el cura contestó:
-Buah,
mira tú ahora con lo que sale este, pero si yo lo que saco del cesto es para
limosnas.
-Sí,
para limosnos. Terminó diciendo
Dios, pero luego se calló porque vio que con los curas no se podía discutir y
le ponían todos de mala hostia.
Así que, al final, el cura se salió con
la suya y a Dios le tocó ceder, como siempre. Y tuvo que crear más gente para
que se callase el cura y le dejase en paz. Y cogió Dios y creó muchos
valdecarreños, machos y hembras. Como no llevaba en cuenta los que creaba de
cada clase, cuando se quiso dar cuenta, vio que había creado más machos que
hembras y además le habían salido bastante peor, pero ya se le estaba echando
la tarde encima y no quiso andar rehaciendo las cosas. Pero como, además, el cura le había cabreado
dijo:
-Ahora
os voy a crear también el ganado y las tierras para que lo tengáis que atender
y os jodáis, a ver si nada más va a trabajar aquí Dios padre. Y así que estéis
todo el día liados y no podáis ir a misa y se joda también el cura. ¿No decía
que él lo que quería era que hubiese más gente, y que no lo hacía por sacar más
dinero?, pues a ver si es verdad.
Y creó las tierras, las vacas y las
ovejas. Pero Roque le dijo:
-Joder,
Dios. Estabas cabreado con el cura y nos creas el ganado y las tierras para
tenernos engarniados de trabajo. Y ahora, el único que sigue sin pegar un palo
al agua es el cabrón del cura.
-Ya
lo sé Roque, qué crees, que no lo veo. Pero es que no puedo con él. No hay
forma humana de hacerle trabajar. Pero bueno, voy a compensaros un poco creando
animales que os ayuden.
Y sacó los sesos de doscientos
valdecarreños y creó al burro. Y después sacó los riñones de otros cien y creó
al perro. Y a Roque le regaló el primer perro que lo llamó Pillo, y fue amigo
inseparable de Roque durante toda su vida.
Pero el cura no dejaba de quejarse, y
decía:
-Hombre,
Dios, bien está que crees ganado y tierras para que la gente esté entretenida,
porque si no, están todo el día zampados en el bar y crían malos vicios; pero
podías crearme también algunos que no tuvieran que trabajar para que pudieran
venir a misa.
-Ah,
¿no decías que te daba igual que fueran o no a misa? Pues parece que no te da
igual.
-Bueno, ¿me los creas o no? Que te gusta más hacerte
de rogar…
Y Dios, que en el fondo era bueno, aunque
los curas le sacaban de quicio. Le creó a los jubilados. Y además llamó a ese
quinto día “el día del jubilado”. Y el cura les dijo una misa en su honor, y
Dios creó, al pie de la iglesia, un bar para ellos solos, aunque al final acabó
yendo todo el mundo.
Y entonces miró Dios el pueblo y vio que
todo lo que había creado era bueno, o casi todo. Y se echó la siesta y cogió
fuerzas, porque por la tarde quería crear el ser más perfecto del universo. Y
cuando se levantó Dios, reunió todo su poder y creó El Marrano. Y lo bendijo y
lo santificó. Y todos se maravillaron de la última creación de Dios y lo
adoraron. Y hasta hoy sigue todo el pueblo santificándolo, y así debe seguir
por los siglos de los siglos.
Libro segundo: Del
pecado original y como Roque y su mujer fueron expulsados del paraíso.
Creó
Dios unos huertos al este del Pueblo y puso en ellos a Roque y a su mujer. Y
eran los huertos que producían todo tipo de verduras y hortalizas y se regaban
solos, con un motor que había creado Dios. Y tenían Roque y su mujer comida
abundante y no tenían que trabajar. Y dijo Dios a Roque y a su mujer:
-De
todos los huertos familiares que he puesto aquí podéis comer todo lo que queráis.
Y podéis hartaros de tomates, azenorias, lechugas y melones. Y no tenéis que
trabajar ni usar un burro para dar a la noria porque he puesto un motor para
que vaya todo automático y estéis en la gloria. Pero del mi huerto no se os
ocurra comer porque la tenemos.
Y respondieron Roque y su mujer:
-No,
hombre, Dios, como vamos a comer del tu huerto. Encima que nos has puesto todos
los demás huertos y todo automático, como vamos a comer del huerto tuyo.
Pero el Demonio, que le gustaba mucho
malmeter, vino a tentar a la mujer de Roque. Y la dijo:
-Pocos
cojones tenéis, si no coméis del huerto de Dios.
Y la mujer le respondió:
-No
comemos porque ya nos ha dejado todos los demás huertos para que comamos y nos
lo ha puesto todo automático que no tenemos que mover un dedo.
-Ya,
pero lo que no sabéis vosotros es que las sandías del su huerto están como
Dios. Y por eso no quiere que se las comáis. Pero yo me he ido a asomar hace un
rato a ver si estaba Dios en la caseta del huerto, y no está. Se ha ido a acostar
ya. Así que veniros conmigo, que le comemos un par de sandías y ni se entera.
Y cogió el Demonio una linterna que tenía
en el coche y fue con Roque y su mujer al huerto y le quitaron a Dios la sandía
más gorda y le dio el Demonio a la mujer y ésta comió. Y después le dio la
mujer a Roque y también comió. Y vino Dios al día siguiente y dijo a Roque:
-No
os dije que no se os ocurriera entrar en el huerto mío.
Y Roque se puso colorado y dijo:
-La
mujer, que me lío.
Y la mujer dijo:
-Fue
el Demonio que vino y me enredó.
-Te
enredó, te enredó, pues ahora os voy a enredar yo a los dos. Tú, Roque, por
listo, te quito el motor de la noria, y ahora, si quieres regar, tendrás que
darle vueltas tú, y para comer tendrás que matar un marrano todos los años, y
se te afarolarán los salchichones y te saldrán muy salados los jamones. Y tú,
mujer, por dejarte enredar, todos los años, por las matanzas te tocará lavar
tripas hasta que se te encallen las manos. Y tú, Demonio, por malmeter, serás desterrado del paraíso, y andarás
vagabundo y durmiendo en pajares, y tendrás siempre las barbas y los pelos
llenos de paja, y la manos negras, y cada año, tendrás que cumplir una
penitencia y beberte cien copas de coñac en siete días.
Libro
tercero: de los dos hijos de Roque y su mujer.
Creó Dios un nuevo pene a Roque y así
pudo este conocer a su mujer que le dio otro hijo que pusieron por nombre Vicente.
El hijo mayor, que se llamaba Roque, como su padre, fue creado por Dios, pero
Vicente nació de la unión carnal de Roque y su mujer. Y crecieron Roque y
Vicente y, como no quisieron estudiar, tuvieron que buscar trabajo. Y Roque se
hizo pastor y Vicente se hizo labrador. Arrendaba Vicente a Roque todos los
veranos las tierras para que las ovejas aprovecharan el rastrojo. Y sucedió que,
una vez, se quedó Roque dormido en una cuneta y se le metieron las ovejas en
una tierra que tenía Vicente sin cosechar. Entonces Vicente le cogió mucha
tirria a Roque porque no le quiso dar nada por el daño que habían hecho las
ovejas en los trigos y le dijo Vicente a Roque:
-Tengo
que ir empezando a pasar la vertedera, así que voy a quemar el rastrojo para
que ande bien el tractor.
Y Roque respondió:
-No
seas cabrón, espérate a que acabe de aprovechar bien el rastrojo.
-Bien
has esperado tú a que cosechara yo los trigos para meter las ovejas.
-Coño,
es que me descuidé.
-Pues
mañana voy a ir a las tierra a hacer una barbacoa y también me voy a descuidar
yo.
-Pues
se lo digo a Dios.
-Díselo
a quien quieras.
Y de esa forma fue Vicente al día
siguiente al campo con una parrilla y unos somarros y se puso a asar carne. Y
cuando terminó se echó la siesta y se le olvidó apagar las brasas. De esta
forma se prendió todo el campo y le quemó a Roque todas las ovejas y casi le
quema también a él. Y Cuando Dios se enteró, fue a hablar con Vicente y le dijo:
-Te
parece bonito la que le has liado a tu hermano; que le has quemado todas las
ovejas y le has podido asar a él también.
-Pero
es que se había dejado meter las ovejas en unos trigos y no me quería pagar
nada.
-Bueno,
pero habrá otras formas de arreglar las cosas, digo yo. Así que, por lo que has
hecho te voy a castigar: a partir de ahora queda terminantemente prohibido
quemar los rastrojos y voy a crear a la guardia civil para que multe a quien
pillen haciéndolo. Y además se acabaron los tractores y cosechadoras y tendrás
que hacer las faenas a mano o con una yunta de bueyes. Y te quito también el
carga-alpacas y de ahora en adelante tendrás que echar las alpacas a horcón.
-Joder,
¿y a Roque no le haces nada?
-También,
que ya le estoy cogiendo yo el gustillo a esto de castigar: a partir de ahora
tendrá que poner un crotal a todas las ovejas y vacunarlas, desparasitarlas,
melarlas y motilarlas todos los años. Y cuando quiera ir a vender los corderos
va a tener que desinfectar la furgoneta cuarenta mil veces, y va a tener que
hacer guías cada dos por tres y va a tener que estar de contino detrás de los
veterinarios para que le atiendan y va a tener que hacer más papeles que un
bobo. Y como tenga algo mal, también le va a caer una multa del copón bendito.
Y Roque no dijo nada porque no estaba
allí y no se enteró en ese momento, pero cuando se enteró luego se acordó de
Dios varias veces y no bajaron santos del cielo porque todavía no había
ninguno.
Canciones, coplas y
versos del pueblo.
Canción de los
quintos para pedir el aguinaldo
Se desata el pañizuelo
La mujer del hombre honrado
Se desata el pañizuelo
Para dar el aguinaldo
Mañana si vas a misa,
No se olviden las perras
Que los ochavos del moro
No pasan por estas tierras.
(o bien)
Mañana si vas a misa,
No te olvides (cantidad) pesetas
Luego no vayas diciendo
Que no las llevas completas.
(o bien)
Mañana si vas a misa
No olvides (cantidad) duros (o euros)
Luego no vayas diciendo
Que no los llevas seguros.